El deseo de un 2024 lleno de salud y felicidad

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Hoy transitamos el último día del año 2023. Posiblemente estemos atentos a organizar el encuentro con familiares y amigos, aunque también es un buen momento para realizar balances y análisis de lo acontecido en los 365 días transcurridos y también para esbozar proyecciones de qué nos puede deparar el futuro.
En jornadas como las de hoy, más allá del espíritu festivo que suele reinar, también puede aflorar la nostalgia y los recuerdos de aquellos que ya no están físicamente. Nos sentimos más vulnerables, más sensibles; y replantearse todo parece una costumbre casi obligada. Valoramos los proyectos, las metas y los objetivos que nos propusimos hace un año y logramos concretarlos, mientras lamentamos aquellos que no pudimos conseguir.
Claro que siempre es gratificante y alentador alcanzar lo que nos proponemos, pero todos debemos ser menos autoexigentes y comprender que si una meta no se alcanza, no es por falta de capacidad o dedicación, sino simplemente porque a veces las cosas salen y otras no, de eso se trata la vida.
Claro que cualquier evaluación que hagamos del año que se va, estará condicionada por aquellos hechos trascendentales que pudieran habernos ocurrido. Aquel que en este año perdió a un ser querido, difícilmente pueda considerarlo positivo más allá de los éxitos que lo hayan acompañado en otros aspectos, de la misma manera que quien en 2023 tuvo la dicha, por ejemplo, de ver nacer un hijo, seguramente ningún fracaso en otras facetas lo hará considerar el año como negativo.
Pero más allá de los balances personales, es importante también hacerlos de manera colectiva, mirar a nuestro alrededor y no me refiero sólo a nuestros familiares o amigos, sino a nuestros conciudadanos. Claro está que no fue un año fácil para nadie, con una situación económica que generó que sea mucha la gente que no la pasó bien. Tengo en claro que la economía puede ser secundaria para quien sufrió en carne propia o en algún allegado alguna complicación de salud, pero es indudable que la inflación reinante genera angustia e incertidumbre, principalmente en aquellos que muchas veces no llegan a fin de mes.
En ese sentido, diciembre no fue precisamente un mes que contagie optimismo, pero es importante mirar el futuro con esperanza. Siempre habrá motivos para celebrar, para estar felices, para compartir en familia, para dar y recibir, y para hacer un alto en el camino, mirar atrás, agradecer y hacer promesas nuevas.
Considero que entre los propósitos para 2024 esté el cultivar en nuestra actitud el hacer el bien.
Los que conformamos Sendero Regional queremos agradecerles a todos nuestros lectores por acompañarnos y elegirnos a lo largo de todo el año.
Les deseamos unas excelentes fiestas y que tengan 2024 lleno de salud, bendiciones y felicidad. El tiempo pasa muy rápido y no hay que dejarlo escapar.
Carlos Laboranti, director ejecutivo.