Un verdadero embajador loberense

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Muchas veces, el hecho de que se repitan hechos extraordinarios, nos hace naturalizarlos, lo que nos lleva a creer que es lógico que sucedan, haciendo que en muchas ocasiones ni siquiera le demos la relevancia que tienen.

Esto es lo que creo que sucede con un loberense que ha logrado todo lo que se ha propuesto en su profesión, y hoy está a las puertas de vivir otro hito en su carrera.

Hablo de Ariel González, profesor de Educación Física, que nació y creció en una familia de personas de trabajo y claros valores, alguien al que se forjó desde el esfuerzo, que luchó por cumplir sus sueños, se formó y capacitó para ello.

Tras recibirse en el Instituto Superior de Formación Docente y Técnico Nº 31 de Necochea, encontró su pasión en el atletismo, en especial el que involucraba a personas con parálisis cerebral. Se transformó en entrenador de atletismo IAAF y comenzó a representar a nuestro país en ese rol en diversos torneos internacionales.

Allá por el año 2008, llegó lo soñado y a su vez impensado, uno de “sus” atletas, Mariano Domínguez, que además es loberense y su amigo, se había clasificado para los Juegos Paralímpicos de Beijing 2008. Pero surgió un gran detalle, para poder estar presente debía costearse todos los gastos del viaje, algo que no estaba a su alcance. Allí estuvieron presentes sus amigos y la comunidad loberense toda, para que el sueño de este dedicado y decidido profesor loberense se convierta en realidad. Y es así como logro participar en sus primeros Juegos Paralímpicos, acompañando al atleta que él había formado.

Pero ese sería sólo el inicio de una fructífera carrera como entrenador, ya que apenas un año después, se transformaría en Técnico Nacional de Atletismo de la Federación Argentina de Deportes para personas con Parálisis Cerebral (FADePaC). A partir de allí, cosechó una serie de logros casi imposible de enumerar, consiguiendo múltiples medallas en distintos Juegos Parapanamericanos, participando en los mundiales de Nueva Zelanda 2011, Lyon 2013, Qatar 2015, Londres 2017 y Dubai 2019 y en los Juegos Paralímpicos Londres 2012 y Río de Janeiro 2016, logrando inolvidables e históricas medallas en estas dos citas, con los atletas Hernán Barreto y Yanina Martínez.

Este miércoles Ariel González partió rumbo a Tokio, donde ya se encuentra dispuesto a vivir sus cuartos Juegos Paralímpicos, a cargo de 7 atletas de la FADePaC que sueñan con colgarse una medalla, junto a su conductor y embajador loberense. Y es acá donde debemos como sociedad reflexionar… ¿Tomamos la real dimensión que tiene este evento, donde un entrenador local está nuevamente en la máxima cita deportiva, que se realiza cada cuatro años?

Posiblemente el hecho de que los viajes a las competencias internacionales más importantes del mundo sean moneda corriente para González, ha generado que muchos crean que ir a un Juego Olímpico es algo sencillo y natural, sin saber que detrás de cada atleta que logra clasificar, hay un gran entrenamiento, sacrificio y mucho esfuerzo. Fundamentalmente un proyecto serio, planificado y liderado por el profesor loberense.

Es por todo lo expresado anteriormente y por lo que vendrá, que permito utilizar esta columna editorial para hacer un reconocimiento a ese gran profesor, que comenzó dando clases en el patio de una escuela y que después de haber recorrido el mundo y alcanzado la gloria con sus atletas, siempre vuelve a ese mismo patio a reecontrarse con sus alumnos, porque nunca perdió de vista esos valores, aquellos que le inculcaron “Madera” y “Coca” sus padres, y que hoy él junto a su esposa «Vicky» intentan transmitir a su pequeña hija Amalia.

En el profesionalismo y el alto rendimiento deportivo, exigen resultados, y vaya si el loberense los ha conseguido. Pero sin dudas la medalla más importante que “Pilín” ha ganado, es la del reconocimiento y el cariño de toda la comunidad, y fundamentalmente de sus atletas, a muchos de los cuales cobijó en su propia casa, los insertó en la sociedad y logró cambiarles la vida a partir del deporte.

Tal vez en unos días, Ariel González “Pilin” vuelva de Japón con alguna medalla más para agregar a su currículum. Pero más allá de los resultados que allí se obtengan, lo que sin dudas ha conseguido hace tiempo, es un lugar preponderante entre los grandes embajadores que Lobería tiene ante el mundo.

Carlos Laboranti – Director Ejecutivo.