Por Luis O. Sánchez (Vértigo Motosport)
Parece un sueño, y cuesta asimilarlo. Hace un año se iba el querido “Negro” Villarruel, amigo de la vida, compañero de épocas doradas y colega dispuesto a tender su mano. Como podía pensar que el “Negro” iba a partir de este mundo, con todos los sueños y las ilusiones que siempre lo acompañaban. Un incansable luchador, optimista y apasionado, con la garra de los valientes.
Hace un año, el querido “Villa” se fue a relatar al cielo. Cuantas historias estarás narrando junto a San Pedro, aquellas vivencias y experiencias en la ruta, en los circuitos del país, con la pasión de siempre y el amor por su gente.
“El Negro”, egresado de una escuela que hizo historia, aquella que formó el maestro “Tino” D´Annunzio en la ciudad de Necochea, el recordado equipo Acelerando, que albergaba amigos y periodistas que disfrutaban el amor por los autos en épocas románticas y de grandes emociones. Edgardo Villarruel, el “Negro” o simplemente “Villa” le daba vida al móvil que recorría la provincia, llegando a muchos lugares, pueblos y ciudades, para darle vida al folklórico automovilismo zonal.
Las Noches de Gala de los años 80, los sábados hasta la medianoche, en la previa de los carreteros, haciendo el aguante a los pilotos de la región.
Cuantos recuerdos “Negro”, las cosas lindas que vivimos en Lobería, en el Club Jorge Newbery, en los circuitos, donde siempre reflejabas el amor y el crecimiento de tus hijos, los cálidos momentos que disfrutabas en tu patria chica, y aquellas tardecitas en la esquina de la avenida Mitre, cuando tu madre te esperaba para compartir la cena. Ese ida y vuelta que celebrabas, con quien te dio la vida.
Las noche de taller y los sueños. Una profesión que te entregó muchas alegrías, conociste gente y lograste hacer amigos en distintos puntos del país.
Un año sin vos, “Negro”, como vamos a olvidar esa sonrisa inconfundible, tu humildad y simpleza. A tus amigos, hoy nos cuesta asumir tu viaje a los pagos del silencio.
