Trabajo, base del desarrollo equitativo y sostenible

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Estamos en vísperas de un nuevo 1º de mayo, día en que se celebra el Día Internacional del Trabajo, en honor a un grupo de obreros sindicalizados que en 1.886, cuando decidieron hacer una huelga como reclamo por sus derechos laborales, fueron víctimas de una sangrienta represión que terminó con numerosos muertos y heridos, siendo seis de ellos, luego conocidos como los «Mártires de Chicago», encarcelados y ejecutados en los Estados Unidos.
En esas épocas, la jornada del trabajador estadounidense podía extenderse hasta 18 horas y aquellas personas decidieron reclamar su derecho a 8 horas de trabajo diario. El justo pedido de aquellos trabajadores, chocó con una cerrada oposición empresarial y terminó de la peor manera, tal como lo expresaba en un inicio.
Aquel hecho marcó el inicio de la conquista de los derechos laborales, por lo cual buena parte del mundo, homenajea cada 1º de mayo a esos trabajadores ejecutados.
Lejos de aquellos días sangrientos que terminaron con varios muertos, actualmente el Día del Trabajador se ha convertido en un día festivo, aunque ha perdido su carácter de obrero y reivindicativo para ser un día de descanso.
Desde mi lugar entiendo que más allá del feriado, el 1º de mayo es una fecha en la que debemos recordar a aquel grupo de obreros que luchó por sus derechos que en gran parte son los que hoy gozamos como trabajadores, y homenajear a todos los hombres y mujeres que con su labor diaria buscan un mejor futuro para sus familias, la economía del país en el que viven y el desarrollo para nuestra sociedad.
Cada ciudadano tiene la aspiración de contar con un empleo bien remunerado, basado en la dignidad y el respeto. Más allá de recibir un sueldo por sus actividades, que es importante, todas las personas esperan ser valoradas en su empresa, en la comunidad, sentir que es un ciudadano que contribuye a la sociedad… No se trata de cubrir vacantes laborales, sino darle valor y dignidad a ese espacio creado, forjar un compromiso recíproco de buena voluntad que genere rentabilidad económica, bienestar social y tranquilidad personal. El acceso a un trabajo seguro, productivo y remunerado de manera justa, ya sea un asalariado o un cuentapropista, es un factor fundamental para la autoestima de las personas y las familias.
Sin lugar a dudas, la generación de empleos debería ser una de las principales prioridades que nuestros gobernantes, sindicalistas y empresarios deberían tener en materia de desarrollo, aunque a decir verdad, desde hace años nuestro país parece carecer de un plan diseñado para sostenerse en el tiempo, el cual sea capaz de fortalecer a las empresas, lo que a su vez redundaría en la necesidad de recursos humanos.

Sería muy importante que las tres patas mencionadas trabajen en forma conjunta para lograr algo diferente en un mundo laboral que ha cambiado notablemente a partir de las nuevas tecnologías y avances, en el cual aparecen constantemente posibilidades y novedosos trabajos.
No tengo dudas de que los esfuerzos para allanar el camino hacia un desarrollo equitativo y sostenible, deben apoyarse en el empleo.
Mañana 1º de mayo, seguramente encontrará a muchas personas felices de contar con un trabajo que le permita darle bienestar a su familia, aunque lamentablemente otros vivirán ese día con la misma angustia que vienen arrastrando de un tiempo a esta parte porque están desocupados y ven lejana la posibilidad de conseguir un empleo.
Con la esperanza y la fe de que cada vez serán menos los desocupados, que la economía logre mejorar y con ella la generación de ocupaciones bien remuneradas, deseo a todos los trabajadores, los que hoy cuentan con un empleo y los que no, que pasen un hermoso día, con la ilusión que lleguen oportunidades laborales para aquellos que desde hace tiempo esperan su posibilidad.
Carlos Laboranti – Director Ejecutivo