El problema comenzó en el norte del país, pero se fue extendiendo a otras zonas y hoy preocupa profundamente, al menos, a 19 provincias. Ese problema es la escasez de gasoil y el incremento de su precio que se autorizó para evitar el desabastecimiento.
Esta situación genera importantes complicaciones a la comunidad en general y a los transportistas y sector agrícola ganadero en particular.
Las explicaciones sobre el motivo de esta escasez entre los especialistas varían, y van desde los que creen que fue generada por un consumo exagerado y fuera de lo común en las estaciones de servicio cercanas a las fronteras del NOA y NEA por los bajos precios de los combustibles en el país, hasta los que razonan que se debe a compras especulativas por parte de los productores agropecuarios que temieron por una escasez, que finalmente se cumplió. Otros especialistas consideran que el desabastecimiento de gasoil también se siente a nivel global por la guerra rusa y no solo ocurre en la Argentina.
Tal vez el motivo sea la suma de todos esos factores, pero lo cierto es que el problema está latente, existe y genera una onda preocupación, porque gran parte del país se mueve a través del diesel. Más allá de que en Argentina son más los autos nafteros, los vehículos usados para el transporte, como colectivos, camiones, utilitarios y camionetas, además de las maquinarias agrícolas, hacen que se venda más diesel que nafta. De acuerdo a algunas estadísticas, la relación es 60 a 40 y no hay que tener una mente brillante para concluir que si se profundiza la falta gasoil o si su valor se va por las nubes, estaríamos ante un problema de magnitudes inimaginables; se complicaría llevar adelante una cosecha, el transporte de los granos, el abastecimiento de mercadería y hasta el traslado de las personas.
Todos sabemos que si se da esto que mencionamos, repercutirá además en una nueva disparada de la inflación, como si no fuese suficiente con lo que ya estamos viviendo desde hace años.
Si bien la situación no es tan extrema como en determinadas provincias del norte, en nuestra zona el faltante de gasoil ya se hace sentir, al punto que en varios casos se limita la cantidad de litros a cargar y varía el precio al que se comercializa.
Las protestas, fundamentalmente de transportistas, se han multiplicado a lo largo del país y el temor de que la situación se agrave es cada vez mayor, aunque se estima que la suba del corte de biodiesel permitido y el plan de apoyo a las refinerías para que queden exentas de algunos impuestos, sumado a la llegada de tres buques que traen 55.000 metros cúbicos de gasoil, traería algo de alivio.
Ansiamos profundamente que dichas medidas tomadas por el Gobierno, den el resultado esperado, aunque claramente las autoridades deben estar más alertas que nunca y pensar en una solución de fondo, que asegure el abastecimiento de este combustible vital para el desarrollo del país. La gravedad del problema requiere de una solución urgente.
Carlos Laboranti – Director ejecutivo.
