Con toda la angustia encima por la desaparición de uno de los participantes de la prueba Ríomar, el organizador Juan Carlos Cuenca, explicó que «la carrera cuenta con un seguro para nadadores y otro para la gente en tierra, y contaba con la habilitación y medidas de seguridad por demás, como todos los años. Es una competencia de aguas abiertas, con 7 kilómetros de nado en río y 3 en el mar», agregando que “previo a la carrera, a las 7 de la mañana se brinda una charla técnica y luego se trasladan todos los competidores hasta el Necopesca, que era el lugar de la largada”.
Respecto de la competencia, contó que «fue una carrera normal, con una largada muy limpia, con 550 participantes y en menos de una hora y media todos los corredores estaban girando en la escollera Sur», contando respecto del nadador desaparecido, que «Ezequiel Bermejo estaba acompañado por un amigo en un kayak. El amigo cuenta que faltando 1000 metros se le rompió un palo del kayak y tuvo que ser asistido por una embarcación. Dijo que Ezequiel venía hidratado, a buen ritmo y quedó acompañado por otros kayak que estaban cerca de él”.
Consultado acerca de la seguridad de la competencia, aportó que “por exigencia de Prefectura teníamos 5 semirígidos y 2 motos de agua, además de 22 guardavidas dentro del agua y 26 en la arena, cada 200 metros desde la Escollera hasta la llegada”.
En referencia a la desaparición de Bermejo, quien se sabe que estaba muy bien entrenado, relató que “cuando salen del agua los nadadores nos damos cuenta que faltaba un corredor. Antes nos avisaban de otros corredores, pero nos comunicaban que habían abandonado, incluso Prefectura también tiene un control propio sobre cada corredor. Ezequiel tenía el número 196 y un amigo de él nos dijo que todavía no había llegado», detallando incluso que “a las 4 horas se levanta a todos los nadadores que todavía están en el agua, por lo que la búsqueda empezó durante la propia carrera con Prefectura y seguirá toda la noche y mañana”.
