¿El dengue puede dejar secuelas?

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Hace pocos días, el ministro de Salud de la Provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak, aseveró que la Argentina está atravesando “la epidemia de dengue más grande de su historia”. El sanitarista bonaerense aseguró que el brote podría durar un mes más hasta el otoño. Las autoridades sanitarias de la Provincia de Buenos Aires confirmaron que La Plata se suma a la lista de los 26 municipios con brote de dengue.

En ese marco, las dudas con respecto a esta infección se tornan inevitables. Una de ellas tiene que ver con los efectos que provoca el virus del dengue, especialmente a largo plazo. ¿Puede haber secuelas luego de una infección? Las respuestas las dejan dos especialistas.

Por Ricardo Teijero, infectólogo (MN 58065)

Las mayores complicaciones del dengue son por trastornos hemorrágicos. Si un paciente tiene un trastorno hemorrágico que le afecta al cerebro o alguna otra parte del organismo, lógicamente, en ese caso, el dengue puede dejar secuelas. De todas formas, esto no suele suceder con tanta frecuencia como en las enfermedades respiratorias, como por ejemplo con el COVID

No es tan común que haya secuelas, salvo que haya una complicación. Esto va a depender de muchas características del paciente. Si es de riesgo porque tiene una complicación, como una enfermedad persistente o inmunocompromiso, puede haber efectos posteriores. ¿Cuáles? Depende de dónde ocurra la hemorragia. Si hay una hemorragia cerebral, puede haber una secuela grave. De todos modos, la hemorragia puede darse en cualquier órgano.

Este desenlace ocurre porque bajan las plaquetas en la sangre y, ante cualquier riesgo de traumatismo o efusión hemorrágica, se puede manifestar una complicación en el hígado, en el corazón, en el pulmón o en el cerebro.

El serotipo 2  demostró ser más agresivo que otros, con síntomas que no eran frecuentes, como por ejemplo el dolor abdominal, vómitos y diarrea. Y además, si un paciente contrae dengue por uno de los serotipos y, tiempo después se contagia por otro diferente, puede tener una complicación en su cuadro de salud. Para evitar secuelas y complicaciones, lo importante es acudir rápidamente a un médico y hacer un diagnóstico temprano. No hay que enmascarar enfermedades o automedicarse, sino ir enseguida con un profesional.

Por Pablo Bonvehí, médico infectólogo (MN 62648)

En términos generales, el dengue no deja secuelas porque es una enfermedad que la persona lo tiene, se cura y después no quedan signos. De todos modos, si el paciente llega a tener alguna complicación, algo que no es frecuente, dependerá del cuadro de salud. En general, estas complicaciones pueden ser muy graves, como por ejemplo derrames o pasaje de líquido de la sangre a otros espacios como la pleura. Esto se trata y la persona puede quedar con una restricción pulmonar pero, en general, no es así.

Otra posible secuela puede ser el compromiso hepático. Sin embargo, frecuentemente, este cuadro retrocede y el hígado vuelve a la normalidad. También las hemorragias, si son muy fuertes, pueden tener un desenlace fatal; pero si no, una vez que la hemorragia cesa, los glóbulos rojos se recuperan y también mejora el paciente. La encefalitis del cerebro puede ser otra complicación, que es la inflamación del cerebro, y esto eventualmente puede dejar una secuela, pero en general, como dije, el dengue no deja ninguna.

Los grupos de pacientes con riesgo de padecer secuelas, aunque sean algo infrecuente, son las personas mayores, los niños muy pequeños, las personas con inmunodepresión y embarazadas, entre otros.

Cuando una persona tuvo una infección, la inmunidad o los anticuerpos que genera el organismo protege contra un serotipo en particular de por vida, mientras que temporalmente puede proteger frente a los otros serotipos. Pero si al tiempo hay infección por otra subvariante, el cuadro puede ser más grave. Y, algunas complicaciones en una segunda infección pueden dejar secuelas, pero no suele suceder.

La presencia del serotipo 2 en este brote de dengue se relacionó con un mayor porcentaje de casos graves. Hay que tener en cuenta la prevención de esta enfermedad, que es un conjunto de aspectos de saneamiento ambiental y comunitario, protección individual con uso de repelente y a su vez una vacuna que permita complementar todas estas medidas de protección.