El agua dulce del mundo está en peligro ¿Cómo cuidar este recurso escaso?

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El agua dulce del mundo está bajo una presión sin precedentes debido al rápido aumento de las temperaturas, la población y los patrones de consumo.

La mayoría de las zonas áridas del planeta dependen por completo de este recurso, que suministra una gran proporción del agua que utilizamos para fines de consumo, saneamiento, producción de alimentos y procesos industriales. Asimismo, las aguas subterráneas son decisivas para el buen funcionamiento de los ecosistemas, como los humedales y los ríos.

Es por ello que debemos protegerla de la sobreexplotación -extraer más agua de la que se recarga con la lluvia y la nieve- y la contaminación que actualmente las acechan, ya que puede desembocar en el agotamiento de este recurso, en el encarecimiento de su tratamiento y regeneración y hasta la paralización de su uso.  Se estima que el cambio climático será responsable de alrededor del 20% del incremento de la escasez global del agua.

En Argentina, el consumo doméstico per cápita diario promedio de 318 litros es 6 veces más que lo aconsejado por la OMS. Además, la cuarta parte de la población no recibe agua potable, lo que significa que sus capacidades se ven limitadas para mantener su bienestar físico y la dignidad que conlleva el aseo personal. El agua potable limpia es un requisito para una salud óptima. Más de dos tercios del cuerpo humano, están compuestos de agua, un componente principal de las células y el medio para el transporte de nutrientes y desechos por todo el cuerpo. El Instituto de Medicina (IOM) recomienda que las mujeres consuman aproximadamente 2,7 litros y los hombres 3,7 litros de agua por día, de todas las fuentes, incluida el agua potable, otras bebidas y alimentos. Estas cantidades son las adecuadas para compensar lo que deja el cuerpo a través de la transpiración y la excreción, ayudando a eliminar toxinas y otros desechos. Y en relación a estas recomendaciones, el estudio pudo comprobar que más del 70% de las personas consultadas come menos de 4 porciones diarias de frutas y verduras, que son justamente una de las fuentes de agua más importantes en relación a los alimentos.

La conservación del agua es fundamental para proteger las reservas de agua existentes, disminuir las crecientes tensiones ambientales, ahorrar energía y liberar recursos para poblaciones sin acceso al agua limpia. La incorporación de sistemas de ahorro de agua como boquillas restrictoras de caudal, anillas automáticas, griferías con sensor electrónico o inodoros de doble descarga en las instalaciones domésticas pueden colaborar a un uso más eficiente de este recurso al disminuir eficientemente el agua utilizada, lo que naturalmente redundará en una mayor cantidad disponible para el consumo. Actualmente en el mundo 2200 millones de personas viven sin acceso a agua potable. Una realidad que debería cambiar con urgencia.

Alejandra Bettig – Ingeniera  en Recursos Hídricos