Domingo de Pascuas, día para reflexionar, perdonar y alimentar afectos

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En el día de hoy, se festejan las Pascuas, la resurrección de Jesús, día en que las familias acostumbran a reunirse y pasar buenos momentos, fomentando la unidad de los lazos familiares, aunque en esta ocasión, dicho encuentro deberá estar limitado a un número menor de personas y con los cuidados necesarios para evitar los contagios del Covid-19, virus que ha llegado para cambiar todos nuestras costumbres.

La Semana Santa comenzó hace siete días, con el domingo de Ramos, que recuerda el momento en que el hijo de Dios entró triunfante aunque humilde a Nazareth, ciudad que estaba repleta de peregrinos que lo rodearon con ramos de olivos en las manos, entre cánticos y exclamaciones, lo acompañaron hacia el ingreso y lo siguieron llenos de fe.

Es de esperar que estos días, en los que se conmemoran la pasión, la muerte y la resurrección de Jesús, hayan servido para generar mayor acercamiento con nuestros seres queridos y que nos haya llevado a perdonar a aquellos con los que estábamos distanciados. Es que la Semana Santa, parece un momento propicio para la instrospección, independientemente de las creencias religiosas que uno tenga, incluso para aquellos que no se vinculen con ninguna.

En épocas tan difíciles para el mundo entero y nuestro país en particular, con una pandemia que se ha llevado miles de vidas, y una interminable grieta, que lejos de achicarse parece haberse profundizado en el marco de esta delicada situación sanitaria, nos resulta muy importante poder detenernos por un instante, reflexionar, aceptar que podemos equivocarnos, que no somos dueños de la verdad, que podemos perdonar y ser perdonados.

Y en este sentido, tiempo atrás el Papa Francisco nos dejaba un mensaje que vale la pena tener en cuenta. El sumo pontífice decía: “El perdón es vital para nuestra salud emocional y la supervivencia espiritual. Sin perdón la familia se convierte en una arena de conflictos y un reducto de penas. Sin perdón la familia se enferma. El que no perdona se enferma física, emocional y espiritualmente. El perdón trae alegría donde la pena produjo tristeza”. Por eso, aprendamos a perdonar de la misma manera que pedimos que nos perdonen; respetemos el pensamiento de los demás, tanto como queremos que se tenga en cuenta el nuestro.

Ya sea en la mesa familiar o en cualquier ámbito, debatamos, expresemos y compartamos posiciones, pero siempre en un marco de tolerancia.

Es por todo esto que anhelo profundamente que estos días hayan servido para hacer aflorar sentimientos de amor en cada uno de nosotros. La bronca y el odio hacia quienes piensan distinto, no nos llevan a ningún lado.

Deseo que todos quienes tienen la posibilidad de disfrutar de este día con su familia y seres queridos, lo valoren mucho, sabiendo que tantos otros a lo largo del mundo no pueden hacerlo por la distancia, por los impedimentos sanitarios de la pandemia.

Que todos tengan un feliz domingo de Pascuas, lleno de paz, amor y unidad.

Carlos Laboranti – Director Ejecutivo