Vacaciones sin internet no smartphone

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El dilema radica en que más allá de no estar envueltos en la rutina diaria y las obligaciones laborales, muchos turistas asumen, tal vez sin saberlo, la responsabilidad auto infligida de comunicar a sus familiares, amigos y simples desconocidos todo detalle de sus vacaciones por el mundo, desde momentos relativamente significativos como tours por la ciudad, hasta otras postales menos relevantes como las delicias locales probadas por primera vez o distintos recuerdos comprados en bazares tradicionales.
A todos nos ha pasado algo similar al momento de iniciar las tan ansiadas vacaciones. No importa el destino elegido, una de las primeras preocupaciones a la hora de aterrizar en destino e instalarse en el hotel o Airbnb elegido, será compartir con el mundo digital que nos rodea lo afortunados que somos de tener la posibilidad de “desconectarnos”.
La injerencia de la tecnología sobre todo aspecto de nuestra vida también incluye aquellos momentos que tradicionalmente han sido aprovechados para “desaparecer del mapa” y realmente conectarse con una realidad y rutina completamente diferente a la usual, hoy día tomados como una oportunidad invaluable para seguir construyendo lo que se conoce como el “yo de las redes” o aquel alter ego de Facebook o Instagram que no sufre problema alguno y siempre tiene una buena noticia para comunicar.
El inconveniente es que, cuando resulta más prioritario encontrar una buena conexión Wi-Fi que contemplar el paisaje a nuestro alrededor, el simple propósito del viaje puede verse fácilmente desvirtuado y el merecido descanso puede generar un mayor nivel de ansiedad en el turista al ver que el exótico paraje en cuestión no está generando la repercusión esperada entre quienes nos “siguen”.
No sólo nuestro trabajo nos suele seguir al destino paradisíaco que elijamos, sino el hábito de revisar constantemente las noticias, ver contenidos virales o compartir selfies en plataformas como Instagram y Snapchat. Todo esto acarrea consigo el hecho de que no logremos realmente desconectar la mente de las obligaciones y problemas de los que normalmente se busca “escapar” al menos por unos días durante las vacaciones.
El antídoto aparentemente será desconectarse, al menos por una porción del día. Debemos encontrar la manera de evitar usar un smartphone para inmortalizar los mejores momentos del viaje y en su lugar recurrir a una cámara de fotografías. Esto hará que no sólo debamos elegir a consciencia qué capturar, sino que también debamos esperar a ver los resultados y sobre todo no tengamos la presión de compartir y medir todo en redes instantáneamente.
En definitiva, al terminar el viaje se tendrá una colección de momentos que tal vez no sean perfectos ni se encuentren filtrados hasta lograr el mejor resultado, pero que sin lugar a dudas quedarán disponibles para recordar un momento inolvidable que justificó ser inmortalizado.
Carlos Laboranti. Director Ejecutivo