Una bufanda blanca en la puerta de la casa de los Miller fue la alerta que puso a todo el lado norte de Chicago en guardia:\u00a0<\/b>la gripe espa\u00f1ola, el temible mal del momento, hab\u00eda llegado a la zona e infectado a una de las integrantes de la familia que viv\u00eda dentro. A todos les corri\u00f3 el fr\u00edo por la espalda cuando se enteraron de qui\u00e9n se trataba, porque la peque\u00f1a Elinor era el encanto del hogar.<\/p>\n<\/div>\n<\/div>\n

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Hab\u00eda sido alcanzada por\u00a0la primera pandemia causada por el virus de la gripe, el H1N1, que se convertir\u00eda en\u00a0<\/b>la tercera m\u00e1s letal de la historia de la humanidad,\u00a0<\/b>con una tasa de mortalidad muy superior a la habitual. Se estima que entre 1918 y 1919 infect\u00f3 a 500 millones de personas en todo el mundo, alrededor del 27% de la poblaci\u00f3n de entonces.<\/p>\n<\/div>\n<\/div>\n
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Elinor fue puesta en cuarentena en su habitaci\u00f3n.<\/b>\u00a0No pod\u00eda comunicarse con el mundo exterior, ni siquiera con sus padres y su hermana mayor, que siguieron a rajatabla las advertencias sobre evitar exponer a otros a la enfermedad. Pero la ni\u00f1a pod\u00eda ver por la ventana, aunque el panorama que quedar\u00eda grabado a fuego en su memoria aterrorizar\u00eda a cualquier peque\u00f1o:\u00a0a menudo ve\u00eda pasar ata\u00fades de los vecinos, que estaban sanos un d\u00eda y al otro fallec\u00edan.<\/b><\/p>\n
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Aquel impacto marc\u00f3 su vida.\u00a0<\/b>Fue parte de los relatos que sus nietas oyeron una y otra vez y que hoy recuerda una de ellas, la doctora Kara Goldman de la Universidad de Northwestern. Esa misma casa de estudios ser\u00eda el lugar donde la sobreviviente Elinor obtendr\u00eda su t\u00edtulo de bi\u00f3loga.<\/p>\n<\/div>\n<\/div>\n
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En un art\u00edculo publicado por StatNews, Goldman relata que su abuela tuvo tres hijos, tres nietas y conoci\u00f3 a cuatro bisnietos antes de fallecer a los 103 a\u00f1os de edad. Su historia parece hacer realidad el refr\u00e1n que reza que \u201clo que no te mata, te fortalece\u201d.\u00a0\u00bfC\u00f3mo logr\u00f3 atravesar tan terror\u00edfico desaf\u00edo a su tres a\u00f1os de edad? \u00bfY c\u00f3mo lo hizo su familia?\u00a0<\/b>La respuesta tiene una inevitable referencia a la actual pandemia de coronavirus, a las precauciones que se repiten a diario sobre c\u00f3mo reducir la cantidad de contagios y al debate sobre c\u00f3mo aislar a los convalecientes.<\/p>\n<\/div>\n<\/div>\n
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\u201cLa historia de mi abuela podr\u00eda haber terminado de manera diferente. Ella sobrevivi\u00f3 para vivir una vida incre\u00edblemente larga y plena, al igual que su hermana y sus padres, porque eran inteligentes.\u00a0A medida que la gripe se extendi\u00f3 por Chicago, practicaron el tipo de distanciamiento social y cuarentena que hoy se promueve activamente pero se implementa de manera inadecuada.\u00a0<\/b>Debido a su bufanda blanca y su precauci\u00f3n, se salvaron entre ellos y a sus vecinos, amigos y colegas, as\u00ed como a sus m\u00e9dicos\u201d, explica Goldman.<\/p>\n<\/div>\n<\/div>\n
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Otro punto remarcable es que\u00a0Elinor permaneci\u00f3 en su domicilio\u00a0<\/b>y no fue ingresada a un centro de salud repleto de personas infectadas en igual o peor condici\u00f3n que ella, sino que\u00a0se mantuvo tan alejada de los sanos como de los otros enfermos.\u00a0<\/b>El m\u00e9todo de la convalecencia en casa ha sido recientemente reclamado con urgencia\u00a0por m\u00e9dicos italianos que sufren en el epicentro del brote, B\u00e9rgamo.<\/p>\n
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Habr\u00e1 que esperar al final de la peste del coronavirus para poder comparar las estad\u00edsticas disponibles, que en el caso de la gripe espa\u00f1ola no pasan de una estimaci\u00f3n global y de los relatos que recuerdan que mataba con una pasmosa velocidad, algo que el actual Covid-19 no repite. Su progresi\u00f3n es m\u00e1s lenta que aquel recuerdo de la abuela Elinor sobre sus desafortunados vecinos.<\/p>\n<\/div>\n<\/div>\n
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La m\u00e9dica\u00a0Goldman hace notar que los infectados del nuevo coronavirus no muestran ning\u00fan s\u00edntoma durante d\u00edas:<\/b>\u00a0\u201cEso significa que no hay forma de saber qui\u00e9n en la comunidad es contagioso. Entonces, la \u00fanica forma de protegerse a s\u00ed mismo y a los dem\u00e1s es limitar el contacto innecesario.\u00a0Cada infecci\u00f3n que no se transmite nos hace a todos m\u00e1s seguros\u201d.<\/b><\/p>\n<\/div>\n<\/div>\n
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Pero\u00a0lo que inquieta y motiva su art\u00edculo no s\u00f3lo es el recuerdo de su abuela, sino el temor\u00a0<\/b>de que si bien han pasado 100 a\u00f1os, las conductas de las masas en su pa\u00eds no reflejan el ejemplo de sus antepasados: \u201cA pesar de que hemos tenido unos pocos meses para anticipar el desastre que se dirige hacia nosotros,\u00a0en lugar de bufandas blancas y esfuerzos masivos para proteger a nuestros vecinos y comunidades, vemos la negaci\u00f3n y\u00a0<\/b>las vacaciones de primavera\u00bb.\u00a0<\/b>Se refiere al per\u00edodo libre previo a los ex\u00e1menes de los estudiantes universitarios en EEUU, en el que usualmente viajan y tienen una vida social especialmente activa.<\/p>\n<\/div>\n
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Tambi\u00e9n pone el foco en algo que en Italia indigna y desalienta a los galenos: \u201cPara nuestra fuerza laboral de atenci\u00f3n m\u00e9dica, una tr\u00e1gica falta de equipo de protecci\u00f3n personal significa que\u00a0mis amigos y colegas est\u00e1n arriesgando sus vidas sin la protecci\u00f3n adecuada\u00a0<\/b>y reutilizando las pocas m\u00e1scaras que han podido conseguir en su lugar de trabajo o mediante contactos personales y sociales, medios de comunicaci\u00f3n. En una iron\u00eda que nunca podr\u00eda haberse predicho hace 100 a\u00f1os cuando la familia de mi abuela coloc\u00f3 una bufanda blanca en la puerta: se les pide al personal m\u00e9dico que reutilice pa\u00f1uelos y bufandas en m\u00e1scaras caseras\u201d.<\/p>\n<\/div>\n<\/div>\n
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La conclusi\u00f3n del art\u00edculo de Goldman\u00a0<\/b>se cae de madura y su ruego no puede ser m\u00e1s atendible:<\/p>\n<\/div>\n<\/div>\n
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\u00abLo menos que cada uno de nosotros puede hacer es tomar una lecci\u00f3n de generaciones anteriores: detener la propagaci\u00f3n de Covid-19 al quedarse en casa. Hazlo por ti mismo, tu familia y tus vecinos. H\u00e1galo por los vulnerables: aquellos con c\u00e1ncer o que han tenido trasplantes de \u00f3rganos, aquellos con enfermedad pulmonar, padres y abuelos ancianos, mujeres embarazadas, y la lista contin\u00faa.<\/i><\/p>\n<\/div>\n<\/div>\n
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H\u00e1galo por aquellos que trabajan en hospitales y que cuidar\u00e1n de usted y su familia si se enferma. Continuar\u00e1n haciendo los trabajos para los que se han entrenado a pesar del hecho de que corren un riesgo particularmente alto de desarrollar casos severos de Covid-19, incluso aquellos que son j\u00f3venes y saludables. Los trabajadores de la salud como yo queremos desesperadamente mantenernos saludables para que podamos seguir trabajando y cuidando a nuestros pacientes y nuestras familias.<\/i><\/p>\n<\/div>\n<\/div>\n
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$\"Doctora$ <\/div>
Doctora Kara Goldman<\/span><\/figcaption><\/figure>\n<\/div>\n
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Qu\u00e9dese en casa para que su nieto pueda alg\u00fan d\u00eda contar la historia de este momento crucial cuando las personas socialmente responsables, como usted, aplicaron las lecciones de quienes nos precedieron.<\/i><\/p>\n<\/div>\n<\/div>\n
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Y si est\u00e1 en casa con Covid-19, use su tiempo y su voz para abogar por la producci\u00f3n r\u00e1pida de equipos de protecci\u00f3n personal y suministros m\u00e9dicos para el personal. Luego ate una bufanda blanca a su puerta. No significa que te est\u00e9s rindiendo. Todo lo contrario: significa que est\u00e1s en plena lucha y enviando un mensaje a tu comunidad y al mundo de que todos estamos juntos en esto\u00bb.<\/i><\/p>\n<\/div>\n<\/div>\n<\/div>\n<\/div>\n<\/div>\n<\/div>\n<\/div>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"
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