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<\/p>\nLa mayor\u00eda de las personas a\u00fan conservan muchos prejuicios, cient\u00edficamente superados pero que persisten a fuerza de ser repetidos. Hay mucha gente, entre ella profesionales de la salud, que sostienen con absoluto convencimiento que la carne o los l\u00e1cteos constituyen factores esenciales de nuestra dieta. Claro que es posible contemplar una dieta aceptable con algo de carne o l\u00e1cteos, pero es imperativo superar la creencia que nos lleva a comerlos compulsivamente, a\u00fan en contra de nuestros gustos, porque pensamos que sin ellos corremos el riesgo de enfermar.<\/p>\n
M\u00e1s all\u00e1 de este punto, hay que dirigir nuestra atenci\u00f3n al hecho de que las carnes y los l\u00e1cteos provienen de granjas industriales donde los animales est\u00e1n en condiciones muy malas para expresar su naturaleza gregaria y social. Suelen crecer en espacios reducidos, bajo condiciones de profilaxis que alcanzan el m\u00ednimo aceptable de sanidad pero que requiere el uso de antibi\u00f3ticos.<\/p>\n
Ellos, junto con otras sustancias t\u00f3xicas, en mayor o menor medida pasar\u00e1n a formar parte del ciclo vital del consumidor.<\/p>\n
Otro problema, por citar uno muy notable, es el uso de hormonas como la rBGH, cuyo prop\u00f3sito es que las vacas produzcan m\u00e1s leche a costa de problemas de salud en el animal y en los que consumen sus derivados.<\/p>\n
La somatotropina bovina (BST o BGH) es naturalmente producida por las vacas y la rBGH es la versi\u00f3n patentada y gen\u00e9ticamente modificada, que se ha extendido en la ganader\u00eda industrial y cuyo fin es el aumento de la produccion sin contemplar las consecuencias.<\/p>\n
Lo mismo podr\u00edamos decir de los huevos y la carne de pollo, excepto que sean de produccion org\u00e1nica. El sufrimiento de las aves para producir en condiciones inaceptables hace obligatorio el uso intensivo de medicamentos para mantener la sanidad, por lo que su valor nutricional llega a nosotros muy degradado. Con lo cual, adem\u00e1s de desmitificar su car\u00e1cter esencial, es importante comprender que lo que nuestros abuelos llamaban carne o leche difiere mucho de lo que nos ofrece el mercado actual como tales. Hoy la producci\u00f3n de alimentos est\u00e1 orientada a multiplicar el dinero, la actividad se ha vuelto tan especulativa como un casino y se ha perdido de vista el prop\u00f3sito de la agricultura y el rol del consumidor, que ha pasado de ser un fin a un medio.<\/p>\n
Otros alimentos de consumo habitual tampoco son la mejor opci\u00f3n para nuestra salud, aunque a fuerza de convivir cotidianamente con ellos los consideremos \u226anormales\u226b: las pastas, los productos de panader\u00eda, los enlatados, son alimentos que, por un lado, est\u00e1n vac\u00edos de nutrientes y potencial vital y, por otro, vienen cargados de conservantes, colorantes y otros aditivos que son nocivos o al menos cuestionables.<\/p>\n
Si a esto le sumamos el exceso de grasas, az\u00facar o sal, advertimos que la alimentaci\u00f3n actual es una f\u00f3rmula perfecta que nos acerca al c\u00e1ncer, las alergias, las cardiopat\u00edas y la intoxicaci\u00f3n cr\u00f3nica. Si bien esta es una madeja que se ha enredado, con el conocimiento adecuado podemos volver a desenredarla y hacer que nuestras elecciones de alimentos jueguen a nuestro favor; lo mejor es ver en qu\u00e9 punto nos encontramos y, con serenidad, empezar a transitar, de a un paso por vez, el camino de retorno.<\/p>\n
Los primeros pasos son sencillos y puedes ir incorporando cambios importantes a tu rutina apenas hayas comenzado tu proceso de transformaci\u00f3n alimentaria, mientras asimilas el resto de la informaci\u00f3n. Puedes comenzar aumentando la cantidad de frutas y verduras y optar por las variedades integrales de los alimentos que ya consumes, como los cereales integrales en lugar de los refinados. Si consumes l\u00e1cteos, puedes procurar disminuir su cantidad y escoger las variedades magras. Lo mismo con las aves y las carnes rojas; o mejor a\u00fan, en este \u00faltimo caso no debes solo reducir su consumo sino optar por los pescados de mar. O, directamente, nada de carnes.<\/p>\n
Hay otros cambios que podr\u00e1s emprender en forma m\u00e1s sencilla si te unes a personas que lo est\u00e1n intentando y, de esta manera, juntos, organizar clases de cocina, celebrar comidas donde los ingredientes son saludables y de produccion local, fomentar una huerta en el barrio, la escuela, la iglesia o en la casa de alguien que disponga de espacio.<\/p>\n
Es importante comprender que la salud, y la alimentaci\u00f3n como asignatura de ella, es un proceso individual y social a la vez; el cuidado personal tiene un l\u00edmite marcado por el medio ambiente donde nos desenvolvemos. Si vivimos en un ambiente urbano, el crecimiento desordenado, la contaminaci\u00f3n, la velocidad y el ruido conllevan diferentes formas de estr\u00e9s a nuestro organismo, que, antes o despu\u00e9s, reclamar\u00e1 atenci\u00f3n; por este motivo consideramos vital implicarse con otros vecinos en la transformaci\u00f3n integral de nuestras comunidades.<\/p>\n
De Patricia Robiano y Pablo de la Iglesia. Autores del libro \u201cPuesta a punto\u201d (Urano)<\/p>\n
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