A raíz del Decreto Nacional 37/25, que establece la contratación optativa de los serenos de buque, los 16 trabajadores del sector manifestaron su preocupación por la pérdida de sus fuentes de trabajo. Este jueves, hicieron uso de la banca abierta en el Honorable Concejo Deliberante y se reunieron con el intendente Arturo Rojas para exponer su situación.
El sereno Mariano González, referente del grupo, expresó que desde la publicación del decreto en enero, sus funciones han quedado en incertidumbre. Subrayó que los trabajadores «no son empleados públicos, sino personal remunerado por armadores de empresas extranjeras«, lo que intensifica el impacto de la medida en su economía y estabilidad.
González explicó que el rol del sereno de buque es mal interpretado: «No somos simples vigilantes, sino auxiliares de Prefectura capacitados para tareas específicas a bordo. Trabajamos incluso en feriados, garantizando la seguridad del buque en puerto». Según comentó, al eliminarse la obligatoriedad del puesto, «las embarcaciones quedan sin custodia directa, ya que las demás figuras de seguridad operan exclusivamente en tierra».
Durante la audiencia, los trabajadores remarcaron el apoyo recibido por el intendente Rojas, quien «los recibió y escuchó con apertura». En este contexto, González destacó que «no buscan medidas de fuerza ni paro», sino una solución viable que les permita continuar con sus labores. «Somos 16 familias con hijos, padres y personas discapacitadas a cargo, que enfrentamos una realidad angustiante».
Por su parte, Gabriel Vera, con 18 años en la profesión, señaló: «Hoy estamos a la deriva. No puedo llevar el sustento a casa. A pesar de las puertas que se cierran, valoramos haber sido escuchados y mantener el diálogo con el municipio».