Que hacer cuándo con las mascotas cuando un bebé llega a casa

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Melisa Celeste Osores es veterinaria y cirujana. Creadora y Coordinadora de VetOnline

Los animales de la casa forman parte de la familia, son un integrante más dentro de ese tejido que se modifica ante la llegada de un bebé. Por eso, cuando un hijo o una hija se suman al hogar, uno de los temas a abordar es cómo preparar a nuestras mascotas para tal evento.

La relación de un niño con un animal doméstico, bajo circunstancias debidamente controladas, es beneficiosa para ambos. Las mascotas establecen vínculos de apego con los niños y la relación resulta positiva en aspectos afectivos, en refuerzo de la personalidad y promoción de autoestima, y en desarrollo cognitivo.

Sin embargo, existen riesgos como mordeduras, lesiones diversas, transmisión de enfermedades. Por eso, para incorporar una mascota es necesario tener en cuenta la edad y la etapa de desarrollo del niño; y la interacción de animales con niños debe producirse siempre bajo supervisión de los adultos.

Es importante hacer cambios de manera gradual, previamente a la llegada del bebé, ya que estas modificaciones en hábitos, conductas y demás pueden resultar estresantes para los animales. El proceso de adaptación comenzará meses antes de la llegada del bebé y continuará con el niño en casa. Los animales deberán conocer de a poco los cambios que sucederán en el hogar, mostrarles el armado del cuarto, la ropita y los pañales, sin restringirle el acceso ni desplazarlos.

De lo sanitario a lo comportamental

En cuanto a lo sanitario, será indispensable no sólo mantener el plan vacunal al día, sino también asegurar la ausencia de parásitos externos e internos. Los parásitos externos (pulgas, garrapatas y ácaros) podrán combatirse con productos específicos para la especie y peso del animal. Para detectar parasitosis internas, los veterinarios podremos solicitar estudios rutinarios no invasivos y combatirlos con los fármacos específicos. En cuanto a lo comportamental, se debe tener en cuenta el carácter del animal (dominante, sumiso, enérgico, miedoso, agresivo, etc.).

Habrá que instituir nuevas costumbres a través del refuerzo positivo, es decir “premiando a nuestro amigo cuando logremos pequeños cambios graduales. Pero, ¿qué pasa si la respuesta del animal no es la deseada? Si nuestra mascota no es tolerante o reacciona de manera agresiva a la manipulación y/o intención de moverlo de algún lugar donde se encuentre descansando será necesario acudir a un profesional veterinario etólogo, o sea, especializado en comportamiento, para poder recibir asesoramiento en lo inmediato y evitar situaciones estresantes a futuro.

Llegó el bebé: ¿qué hacemos?

Es importante realizar una presentación calma, hablando suave, confiando en que los animales también pueden notar la presencia de una cría nueva en la manada -sea de la especie que fuera-, dándoles el tiempo necesario para oler al bebé y sus pertenencias y entendiendo que ellos también nos extrañaron cuando estuvimos ausentes.

A medida que el bebé humano crezca será necesario poder reconocer el lenguaje corporal que expresa nuestro animal cuando el niño se acerca o lo manipula. Que un animal sea tolerante no implica necesariamente que le gusten ciertas prácticas y es nuestro rol como padres educar también a nuestros hijos para darles espacio y respeto a los animales.