«Pensé que mi hijo estaba muerto»

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Fue un momento de profundo dramatismo, imposible de describir con palabras. La desesperación invadió su alma en la tarde del martes pasado al salir al patio de su casa y observar que dentro de la pileta de lona estaba sumergido, inmóvil, su hijo Bastián, de dos años y medio.

Utilizando un balde de plástico, el pequeño se subió a el y se introdujo a la pileta sin, claro está por su corta edad, comprender el riesgo que suponía esa acción.

Los desesperados gritos de auxilio de Gabriela Cabrera por lo que sucedía al pequeño alertaron a la abuela de éste, Sonia, quien vive en una vivienda lindera en la calle 116 entre 9 y 11.

La calma de ella fue primordial para poder reaccionar en consecuencia. Un llamado telefónico al 911 puso en alerta a la Policía, Bomberos y Hospital Municipal Subzonal.

«Cuando lo sacamos a Bastián del agua pensé que estaba muerto, no tenía pulso», fue el dramático relato que hizo la joven madre a El Diario ayer por la mañana con su hijo en brazos, quien tomaba la mamadera, después de que le dieran el alta en el Hospital Materno Infantil de la vecina ciudad de Mar del Plata donde estuvo internado por espacio de 48 horas, período en el cual fue sometido a rigurosos estudios para descartar lesión alguna.

ABUELA CORAJE

Fue factor clave la decisión que tomó la mamá de Gabriela apenas tuvo en sus manos al pequeño. Lo trasladó hasta su cama, donde lo apoyó y comenzó a aplicarle la técnica de Reanimación CardioPulmonar (RCP) que permite salvar vidas.

Y así fue. Con la colaboración también de personal de la Estación de Policía Comunal, que completó la maniobra, y del ayudante mayor Sebastián Mucci, integrante del cuerpo activo de Bomberos Voluntarios, Bastián recuperó el pulso.

«Sebastián (Mucci), quien se domicilia a muy pocas cuadras de aquí, llegó de inmediato, lo tomó con sus manos a Bastián y lo trasladó hasta la ambulancia que lo llevó luego al Hospital», contó.

Visiblemente emocionada cuando recuerda lo sucedido, Gabriela afirmó: «Pensé que mi hijo estaba muerto, realmente. Pero mi mamá fue muy valiente y con la técnica de RCP le salvó la vida».

Al arribar al centro asistencial, la criatura ya había recuperado sus signos vitales. Fue atendido por los profesionales del área de Pediatría quienes tomaron la decisión de derivarlo al Materno Infantil marplatense para descartar con estudios más complejos algún posible inconveniente de salud, el cual quedó establecido que no existe.

«ES UN MILAGRO»

«Esto es un milagro. Bastián está bien. Agradezco a cada uno de los que me ayudó, en especial a mi madre. También quiero destacar la actitud del bombero Mucci, quien después de lo ocurrido se ha mantenido en contacto permanente para conocer el estado de salud de mi hijo», dijo.

Producto de la angustiante situación, que ya quedó atrás y con un final feliz, Gabriela tomó la decisión de desarmar la pileta de lona. «No quiero saber nada, ni siquiera verla», terminó diciendo.