Con el cierre oficial de listas para las elecciones legislativas del 7 de septiembre, en las últimas horas hemos asistido a un fenómeno que merece ser celebrado: la aparición de nuevos rostros en la política de nuestra región.
Al recorrer la conformación de listas en distritos como Necochea, Lobería, Tandil, Balcarce y San Cayetano, es evidente que muchos partidos han decidido apostar por militantes jóvenes y personas sin trayectoria partidaria, pero con voluntad de comprometerse con lo público.
Particularmente tomo esta decisión con satisfacción y esperanza, entendiendo que la renovación de la dirigencia política no es solo deseable, sino necesaria.
El acompañamiento de los referentes con más experiencia es valioso, por supuesto, pero durante años hemos replicado un pensamiento común al repasar las listas: “siempre los mismos candidatos”. Hoy, eso cambió. Y nos encontramos con un abanico diverso de vecinos y vecinas que decidieron dar el paso y formar parte de una lista.
Es cierto que no todos los espacios apostaron por la renovación, y hay excepciones donde se priorizó la experiencia. No está mal, cada partido define sus prioridades. Pero el foco de esta reflexión está en destacar y valorar a quienes se animaron a involucrarse, muchas veces sin experiencia previa, sin pertenecer al llamado “palo político”. En ciudades chicas como Lobería o San Cayetano, esa decisión implica exponerse, asumir responsabilidades y aceptar críticas, todo por el deseo de mejorar la realidad de su comunidad.
Desde este espacio, siempre hemos alentado la participación activa, convencidos de que quejarse desde afuera es fácil, pero involucrarse para transformar aquello que nos duele, nos incomoda o nos inquieta, requiere coraje y compromiso.
Por eso, bienvenida la gente nueva con ganas de construir un distrito y una región más justa, participativa y plural. Que esta renovación no sea solo una anécdota electoral, sino el comienzo de una nueva etapa en la política local, donde la diversidad de ideas, miradas y generaciones sea el motor para una democracia más viva y cercana.
La renovación política como señal de esperanza
Nuevas voces, nuevas miradas: un cambio necesario en la dirigencia local.