La industria de la carne en el ojo de la tormenta

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En lo que va de la gestión de Alberto Fernández ya son varias las situaciones de conflicto con el campo y de desencuentros. Son varios los factores que inciden en el malestar de los productores: el sector no es tenido en cuenta al momento de diseñar las políticas que incentive la inversión el y crecimiento, además se sigue con alta presión impositiva, intervención en los mercados y falta de previsibilidad, entre las principales demandas del campo hacia la administración nacional.

Al profundizar el análisis para entender aún más los aspectos salientes que llevan al sector del campo a estar en un constante plan de lucha hay que contemplar diferentes puntos. Desde principio de año y hasta la fecha, según datos que aportó esta semana la Sociedad Rural Argentina, la intervención oficial en la cadena de ganados y carnes arrojó pérdidas superiores a los 1.000 millones de dólares. El sector de la producción, la industria frigorífica exportadora y los trabajadores, fueron los más perjudicados, además que al consumidor el precio en el mostrador no bajó durante mayo y junio, y registró una leve estabilización en julio último. También se incrementará la desconfianza de los clientes de la Argentina en el mundo, dejando un espacio que es aprovechado por nuestros competidores, como es el caso de Uruguay que en los meses de julio exportó más carne que nuestro país.

Hola En el actual conflicto por la exportación de carne vacuna, aparecen entre los productores temores a más intervención oficial en los mercados agropecuarios.
La crisis económica y financiera del país también está afectando al campo, especialmente a los pequeños y medianos productores, más allá del buen contexto de precios internacionales, a los cuales el productor no accede totalmente por el efecto de las retenciones y el desdoblamiento cambiario. A los problemas de la macroeconomía, se suma la elevada presión impositiva, donde en el caso de agricultura cada 100 pesos que genera una hectárea agrícola más de 60 pesos se los lleva el Estado a través del cobro de los impuestos.
El proceso inflacionario que atraviesa la Argentina sigue provocando enormes problemas a la macroeconomía, y el Gobierno está lejos de encontrar una salida a la problemática. Lo cierto es que restringir exportaciones no generó una baja en los precios, ya que en el mes de noviembre la carne al mostrador registró subas del veinte por ciento en promedio. El problema de fondo es la inflación y la única manera de combatirla es con mayor oferta, de la mano de mayor producción para satisfacer el mercado interno y para incrementar las exportaciones, las cuales deberían estar totalmente abiertas como señal al mercado para invertir. Sin cambios fundamentales sólo se arregla lo inmediato y se destruye lo importante…

Por Carlos Laboranti – Director Ejecutivo