Juntas Vecinales que proponen, exigen y trabajan

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En los últimos años, he observado con satisfacción cómo en Lobería, se fueron conformando numerosas Juntas Vecinales, conformadas por los habitantes de los diferentes barrios de la ciudad, referenciándose en general por alguna plaza o escuela.

Muchos años atrás, Lobería ya había sabido tener estas uniones vecinales, aunque ya sea por agotamiento de sus integrantes o por sentir que no lograban sus objetivos, se fueron diluyendo lentamente.

Recuerdo claramente cuando durante la campaña previa a las elecciones de 2015, el actual intendente Juan José Fioramonti hacía hincapié en la importancia que tendrían, en un eventual gobierno suyo, las juntas vecinales.

Aquella insistencia sobre el tema del entonces candidato, despertó mi interés, aunque también me generaba la incógnita de saber si finalmente, en caso de ser electo, podría lograr esa participación vecinal que tanto deseaba y, a su vez, qué tanto serían escuchadas las voces de esos vecinos.

A poco de asumir, desde el municipio comenzaron a realizar convocatorias barriales, proponiendo la creación de juntas vecinales para que estas puedan presentar las demandas de la vecindad, exigir al gobierno de turno y trabajar en conjunto en la solución de las distintas problemáticas.

Rápidamente comenzaron a surgir distintos grupos vecinales, como el que nuclea a los barrios cercanos a la Plaza Belgrano (Centenario, Sesquicentenario, 27 de Diciembre, 11 de Septiembre y Los Sauces), que bien vale como ejemplo, ya que a partir de las gestiones de sus dirigentes, lograron numerosas obras en el sector, como mejoras en la iluminación, engranzado en un principio y pavimentación después, transformando además a la plaza en una de las más bellas de la ciudad. Además, las fiestas que organizan para el Día de la Familia, Día de la Mujer y otras, atraen a habitantes de todas las zonas de la ciudad. El éxito de las gestiones de este grupo de trabajo, logró el contagio de distintos barrios, que fueron conformando sus juntas vecinales y con ellas, también se fueron viendo los resultados de sus distintas gestiones.

Ya transcurrieron varios años del inicio de esta política de trabajo conjunto de los gobernantes y los vecinos y recientemente se formaron dos juntas más. Una representa a los vecinos de Tamangueyú, y consiguió en pocas semanas, recambio de luminarias en la localidad, limpieza de restos de podas y microbasurales, entre otras cosas.

La otra es del Barrio de la Escuela Nº 7, que apenas conformada, tomó una decisión que me resulta sumamente destacable, ya que no sólo estableció prioridades y necesidades de la zona, sino que decidió ponerse en acción y juntar fondos para iniciar por su cuenta un ambicioso proyecto, como es la extensión de la red de gas para dicha barriada.

Cuando en otros editoriales he hablado de comprometerse, esta es una de las mejores maneras, formar parte de un grupo de trabajo, pensar en el bien común y esforzarse para lograrlo. Esta junta vecinal organizó un bono contribución, vendió tortas, organizó cantinas y hoy está cerca de poder iniciar la obra.

Aquella incógnita que tuve hace 7 años, hoy tiene una respuesta y es contundente, los vecinos respondieron a aquella convocatoria del jefe comunal con una notable participación, y sus voces fueron escuchadas y acompañadas con hechos concretos.

Carlos Laboranti – Director ejecutivo