Diario Clarín realizó una nota sobre los peligros de la ruta 88

Destacó que es "estrecha, peligrosa y trágica", reeditó el viejo apodo de “la ruta de la muerte” y mencionó que se cobró 11 vidas este año.

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Franco Nahuel "Negrito" López (22) era de Coronel Suárez y murió en la ruta 88 al chocar de frente contra una VW Amarok.

Los reiterados accidentes trágicos ocurridos en la ruta 88, que une Necochea con Mar del Plata, pasando por los partidos de Lobería y General Alvarado, llamaron la atención de uno de los principales medios a nivel nacional.

El periodista Esteban Mikkelsen Jensen, escribieron una nota en el día de ayer, repasando el triste historial de siniestros ocurridos en el tremo mencionado.

La misma expresa:

«Esto parece una de Spielberg, doctor”, le dijo el abogado al juez en el momento en que un Fiat Uno rojo que venía de frente mordió la banquina descalzada, dio un tumbo, otro más y terminó volcado en el pastizal. El juez Ricardo Perdichizzi había viajado hasta allí precisamente para constatar si lo que se denunciaba sobre «la ruta de la muerte» era cierto, y pudo comprobarlo con esa secuencia de película.

El estado de la ruta era calamitoso y los accidentes, una constante. Pero lo más insólito fue lo que se descubrió en ese momento, entre los kilómetros 50 y 75, cinta métrica en mano: a ese tramo le faltaban 1,20 metros de ancho, tenía 60 centímetros menos por mano.

No era una forma de decir: a la ruta literalmente le había robado parte de su trocha. Alguien, en 2012, decidió que se la asfaltara más angosta de lo estipulado por la Ley de Vialidad.

Las hermanas Gladys y Miriam de la Torre murieron en un choque frontal en la ruta 88, a la altura del paraje San José.

Centímetros más, centímetros menos, ¿quién lo notaría? Lo cierto es que el dato quedó en evidencia porque en ese tramo ocurría la mayor cantidad de accidentes fatales.

La Justicia ordenó al entonces gobernador Daniel Scioli que reparara la ruta, pero no lo hizo; la gestión de María Eugenia Vidal, que lo sucedió, terminó ejecutando las obras, la ruta se pavimentó a nuevo, se señalizó y ese tramo se ensanchó.

Pasó casi una década y poco cambió: en el mismo lugar donde volcó aquel Uno rojo, la semana pasada murieron cuatro personas en 15 kilómetros de distancia.

La ruta provincial 88 (127 kilómetros que unen Mar del Plata con Necochea) nunca dejó de ser «la ruta de la muerte«. En lo que va de 2025, ya se cobró 11 vidas. Son 17 las muertes en poco más de un año.

Es la puerta de entrada a Mar del Plata para todo aquel que llegue desde el sur. La transitan muchos camiones que transportan granos a Quequén -puerto cerealero más importante del país-, maquinaria agrícola y chacareros a partir de la cantidad de quintas y sembradíos que hay en todo el trayecto: es una de las zonas agropecuarias más importante del país.

También, estudiantes, turistas y todo aquel que tenga que llegar a Tres Arroyos o Bahía Blanca desde esta ciudad.

Nace en Mar del Plata, atraviesa General Alvarado (Miramar, Otamendi), Lobería y termina en Necochea, que la cierra de un modo brutal, con rotondas que tienen el pavimento estallado.

En su historia, se cobró la vida de dos intendentes necochenses: Norberto Echegoyen el 21 de diciembre de 1968 y Domingo José «Coco» Taraborelli el 13 de agosto de 1988 -junto a tres maestras que hacía dedo en la ruta-.

Diego Aguilar Lazcano (34) murió en un choque frontal en la ruta 88, cerca de Mar del Plata.

Es de una sola vía, mano y contramano. El trecho angosto, cuando fue repavimentado, en 2017, se lo llevó a 7,30 metros (era de 6 metros, 3 por mano). Tiene grandes lomas a la salida de la ciudad, saliendo de Batán, sector que tiene banquina pavimentada porque hay camiones que las suben lentamente; suele tener niebla, «con lluvia es peligrosísima» y no permite margen de error.

«Es como el estadio mundialista, no fue mantenido y está como está. La falta de mantenimiento provoca tantos accidentes. Voy cada 15 días a Necochea, pero de noche nunca más: no ves nada», dice el abogado Julio Razona, que en 2015 llevó a juicio al entonces gobernador Daniel Scioli para que se ocupara de la ruta 88.

También involucró a la titular de Vialidad bonaerense en esos días, Patricia Tombesi.

A partir de un amparo, pidió una serie de medidas cautelares: «Demarcar la cinta asfáltica, reparación urgente de baches y todo tipo de roturas, señalización advirtiendo su peligrosidad, carteles de velocidades máximas y mínimas, señalizar zonas en la cuales se inunda, de banquinas descalzadas y ordenar estricto control de circulación en infracción de máquinas agrícolas«. Pero el gobierno bonaerense entones no avanzó en nada.

Por eso, Razona enjuició por «desobediencia» al actual ministro de Turismo de la Nación.

El juez Ricardo Perdichizzi, antes de admitir la demanda, llevó adelante una inspección ocular, un viaje en caravana con funcionarios de vialidad, operarios y el abogado denunciante, ida y vuelta a Necochea.

Fue al regreso, en el kilómetro 51, en el segmento angosto, que volcó delante suyo un Fiat Uno conducido por una mujer que terminó internada en Miramar.

El abogado condensó en el libro «Relatos Derechos» distintas historias basadas en su experiencia como penalista, de casos en los que intervino, donde incluyó el de la ruta 88.

Allí recuerda que en 2015 demandó a Scioli por desobediencia y por defraudación, «por el metro veinte que se habían robado de la ruta: no puede haber un ancho menor que el que establece la Ley de Vialidad«, y que ambas causas fueron archivadas por la Fiscalía N° 10 de Delitos Económicos de Mar del Plata.

«Ahora también es la ruta de la impunidad«, cerraba el relato.

El fiscal Germán Vera Tapia, de la Unidad de Delitos Culposos sobre la recaen los siniestros que se registran en la ruta 88, reconoce que «todo el tiempo ocurren accidentes» y señala el tramo más complejo es el comprendido entre Mar del Plata y el paraje La Ballenera, límite con General Alvarado.

Vera Tapia interviene en los dos choques frontales que ocurrieron el 1° de mayo pasado, con pocos horas de diferencia y que dejaron cuatro víctimas fatales.

El primero ocurrió pasadas las 7 en el kilómetro 43, en el que falleció Diego Alejandro Aguilar Lazcano (34), de nacionalidad boliviana, quien vivía en Pinamar.

Horas después, pasado el mediodía, a 15 kilómetros de allí, perdieron la vida tres mujeres: las hermanas marplatenses Gladys (67) y Miriam de la Torre (64), que iban en un Renault Clio a un festejo familiar en Bahía Blanca; y la necochense Laura Evangelina Gómez (49), acompañante en un Citroën Basalt de Jorge Alberto Moris (68), quien sufrió heridas graves y fue derivado al hospital de Miramar.

«Por la cantidad y el tipo de tránsito que tiene es ruta es necesaria una doble vía. Es una ruta muy peligrosa», sostuvo el fiscal.

La familia de Alexander Pirgo Rosales (36), fallecido al ser atropellado en la ruta 88.

De la política lo saben, por eso la doble vía ha sido promesa recurrente. El mismo Scioli lo hizo en 2011 en una visita a Necochea. «Prometemos la autovía en la ruta 88 y lo vamos a cumplir«, dijo en en el Cine Teatro París.

Una década después, en diciembre de 2021, el entonces administrador de la dirección de Vialidad bonaerense, Hernán Y Zurieta, anunció que tenía «el proyecto avanzado de la ruta 88, desde La Ballenera hasta Batán, y luego de Miramar hasta Quequén, Necochea».

Héctor Blasi, de la ONG Familiares y Víctimas del Delito y el Tránsito, consideró que por la cantidad de vehículos que la transitan «queda angosta la ruta, principalmente cuando hay mucho tránsito pesado o es época de cosecha. Solo en Mar del Plata hubo siete muertes este año. Es preocupante. Ya debería considerarse una obra de infraestructura, prever su ensanchamiento«.

En lo que va de 2025, suman 11 las víctimas fatales: Alexander Pirgo Rosales (36), Carlos Cardozo Tolaba (55), Franco Nahuel López (22), Yolanda Coronel (67), Francisco Villaverde (24), Pedro Tirado (71), Sabrina Verónica Bombín (46), Diego Aguilar Lazcano (34), Gladys Malvina de la Torre (67), Miriam Cristina de la Torre (62) y Laura Evangelina Gómez (49).

En el caso de Yolanda Coronel, un fierro la degolló cuando iba con su marido y sus mascotas en su auto. Ingresó por el parabrisas, lanzado como un misil por un camión.

Mientras tanto, la doble vía permanece entre promesas y «proyectos avanzados», las causas judiciales fueron a parar al archivo y la ruta 88 sigue intacta: estrecha, peligrosa y mortal.