Día de la Mujer: seguir luchando por las políticas para la equidad de género

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El pasado martes se celebró el día de la mujer en todo el mundo. Muchísimas movilizaciones de grupos de mujeres se manifestaron para seguir luchando por derechos que aún no son respetados. En el 2022 persisten amplias brechas entre los hombres y mujeres argentinos en la participación de la vida pública y en la distribución de las tareas de cuidado.

Un poco de historia

El 8 de marzo de 1857, en Nueva York, obreras textiles organizaron una protesta contra los salarios bajos y las condiciones inhumanas en que trabajaban y fueron brutalmente reprimidas. Desde entonces, la conmemoración del Día de la Mujer busca alcanzar la plena participación, en condiciones de igualdad, de las mujeres en la vida política, civil, económica, social y cultural. Cada 8 de marzo es una buena oportunidad para reflexionar sobre cuánto le falta avanzar a la Argentina para alcanzar la paridad entre hombres y mujeres y cuál debería ser el rol del Estado y de la sociedad en su conjunto para acelerar este progreso. La equidad de género implica la igualdad de derechos y oportunidades, y está íntimamente vinculada con el desarrollo social, económico y humano de un país. Por esta razón, garantizarla debe ser un compromiso de todos.

¿Qué pasa en nuestro país?

En el ámbito laboral, en nuestro país, aún las mujeres enfrentan considerablemente mayores dificultades que los varones tanto para insertarse en el mercado laboral como para ascender a puestos de mayor jerarquía. También, es importante considerar que el nivel de formación que se les exige es cada vez mayor y que en muchos casos  la remuneración que reciben evidencian claras desventajas en relación con los varones.

Además, en muchas ocasiones a las mujeres les cuesta más obtener empleo y, una vez que lo hacen, suele ser en empleos de peor calidad. Estas dificultades están íntimamente relacionadas con los estereotipos de género y, sobre todo, con la falta de equidad existente en la distribución de las tareas al interior de los hogares.

A pesar de algunos cambios en el ejercicio de ciertos roles asignados culturalmente, la creciente inserción laboral de las mujeres en la segunda mitad del siglo pasado no se vio acompañada de una redistribución de roles domésticos. En muchos casos, las mujeres siguen siendo mayoritariamente las responsables principales de la organización del hogar y el cuidado de niños. Esta sobrecarga de tareas en las espaldas femeninas trae aparejadas serias dificultades en su desarrollo laboral, condenándolas a optar por trabajos de menor responsabilidad y peor calidad.

Falta mucho por hacer…

Si bien la movilización política y social de las mujeres cobró mayor fuerza en los últimos años y ayudó a visibilizar una realidad poco iluminada, el país necesita trabajar fuertemente en disminuir las disparidades entre varones y mujeres a partir de la construcción de mayores estándares de igualdad de oportunidades. Es necesario lograr transformaciones profundas y generar medidas que estén acompañadas de un fuerte compromiso y participación de la sociedad. La equidad de género es una responsabilidad colectiva que nos involucra a todos.

Carlos Laboranti, Director Ejecutivo