Conmemorarán en Lobería el Día de los Fieles Difuntos

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Por Eliana Noelia Segovia, museóloga del Museo Histórico la Lobería Grande.
Durante el mes de julio, el Museo Histórico La Lobería Grande y la Municipalidad de Lobería, a través del área de Gestión Ambiental a cargo de Juan Schmitt, iniciaron el reacondicionamiento del osario más antiguo emplazado en el cementerio municipal.
Personal del museo, con la colaboración desinteresada de Cristina Guazzeti, procedió a retirar el mármol que lo identificaba, para someterlo a una operación de limpieza y empleados del municipio trabajaron en el sitio para devolverle su integridad. El trabajo coordinado y la disposición del personal de la necrópolis, permitieron llevar adelante la puesta en valor del lugar.
El osario, tiene más de 70 años y se encontraba en avanzado estado de deterioro, recobrando su integridad a partir del trabajo realizado.

Conmemoración de los fieles difuntos
Como lo hiciera hace 78 años el presbítero Vicente Alonso, el padre Julio Malla, procederá a bendecir el osario el viernes 2 de noviembre a las 16,30, en el marco de la conmemoración de los fieles difuntos. A tal efecto, se realizará una misa al pie de donde yacen los restos de quienes estuvieron en el viejo cementerio y no fueron retirados por sus deudos hasta el 15 de octubre del año 1940.

Un poco de historia
Durante la intendencia de Augusto Pieres, ante la imposibilidad de las autoridades municipales de dar respuesta al pedido de los vecinos de terrenos para bóvedas y nichos en la vieja necrópolis, se proyectó un nuevo cementerio. El 15 de junio de 1909, el cuerpo deliberativo autorizó su uso y, al mismo tiempo, clausuró el anterior y otorgó plazo para el traslado de los cadáveres en un período no menor a 5 años.
El traslado definitivo de los restos que no habían sido retirados por sus deudos se efectivizó 30 años después, durante la gestión del comisionado Alfredo Baca Kuhr. Según testimonios “carros llenos de huesos atravesaban la ciudad” para encontrar descanso eterno en el osario que se construyó a tal efecto.
Para coronar la obra, se utilizó la cruz que en 1894 presidió la misión, encabezada por el obispo de Buenos Aires, Mariano Antonio Espinosa, que participó en la erección canónica del primitivo templo parroquial de Lobería.
Para identificar el sitio, se reutilizó un mármol con una síntesis histórica de Lobería que había sido descartado en el que se grabó la leyenda “Aquí se encuentran todos los restos que estuvieron en el cementerio viejo y no fueron retirados por sus deudos hasta el 15 de octubre de 1940. Bendecido el 2 de noviembre de 1940”.