En un acto de pura voluntad y solidaridad, un vecino anónimo ha tomado la iniciativa de advertir a los conductores sobre los peligros en la Ruta 227, en la zona de Los Galpones y El Pampero. Con bidones, palos y bolsas, ha señalado los baches profundos que han vuelto a aparecer tras el reciente bacheo realizado por Vialidad provincial. Una tarea que, si bien mejoró momentáneamente el estado de la ruta, ha resultado insuficiente para garantizar la seguridad de quienes transitan por ella.
Lo preocupante no es solo la reaparición de los baches, sino la total falta de señalización sobre la cinta asfáltica. Las líneas que deberían guiar a los conductores han desaparecido por completo, convirtiendo cada viaje en una prueba de peligro constante. No es un problema menor: en este tramo ya se han registrado accidentes debido a las precarias condiciones del camino.
Ante esta realidad, resulta inadmisible que sean los propios ciudadanos quienes deban suplir la falta de acción de las autoridades. La seguridad vial no puede depender de la buena voluntad de vecinos que, con ingenio y compromiso, intentan evitar tragedias. Es urgente que las autoridades competentes tomen cartas en el asunto y brinden una solución definitiva. No se trata de un simple mantenimiento: se requiere una intervención seria y responsable que garantice la integridad de todos los que circulan por esta ruta.
Mientras la espera por respuestas se prolonga, el gesto de este vecino anónimo nos recuerda que la verdadera conciencia ciudadana está en quienes actúan, no en quienes prometen sin cumplir.