15 años de prisión a un loberense por abuso sexual de dos menores

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Foto: TSN

Marcelo Alejandro Grigera Robert, quien trabajaba en una iglesia evangélica loberense, fue condenado a la pena de 15 años de prisión, por abusar sexualmente de dos menores de edad.

Además, el fallo, que fue impuesto por mayoría por los votos de los doctores Mario Juliano y Luciana Irigoyen Testa, establece que se de conocimiento al Registro de Condenados por Delitos contra la Identidad Sexual dependiente del Ministerio de Justicia, y ordena la obtención de perfil genético del condenado para su remisión al Registro Nacional de Datos Genéticos vinculados a delitos contra la integridad sexual.

Vale mencionar que la doctora Mariana Giménez, pretendía un castigo de 18 años de cárcel.

La pena fue cinco años menor a la solicitada por el fiscal Eduardo Núñez en la instancia de los alegatos. El representante del ministerio público se basó en la responsabilidad del acusado en los hechos mediante las pruebas colectadas durante la etapa de la investigación, poniendo de relieve la declaración de las víctimas en Cámara Gesell, pericias de profesionales psicólogos y una serie de informes.

Por su parte, la Defensora Oficial, Laura Barbafina, había pedido la absolución de su defendido por no haberse podido probar su autoría en los hechos, habiendo planteado de manera subsidiaria el mínimo de la pena que establece el Código Penal para ese tipo de delitos de índole sexual.

Los hechos ocurrieron entre 2007 y 2008, en los cuales fueron víctimas dos niñas que por ese entonces tenían 3 y 7 años de edad, respectivamente.

Vale destacar que Grigera Robert, de 33 años, aprovecho la relación que tenía con los menores de edad a través de la  iglesia evangélica, a dónde los niños concurrían para adquirir conocimientos de ese culto.

Para los jueces el nombrado es autor penalmente responsable de los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante, agravado por la situación de guarda del imputado con la víctima; y de abuso sexual con acceso carnal, agravado por la situación de guarda del imputado con la víctima.

Una vez que la doctora Irigoyen Testa terminó con la lectura del fallo, los efectivos del Servicio Penitenciario le colocaron esposas en su manos y en esas condiciones se produjo su traslado hasta la cárcel de Batán.

Fuente: TSN.