Oscar «Pincho» Castellano: «Fue como que el tiempo no hubiese pasado»

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No fue una simple exhibición. El “Duelo de las Estrellas” propuesto por la ACTC, fue mucho más que eso. Fue volver el tiempo atrás, fue emocionarse al ver nuevamente en acción a glorias del automovilismo nacional, fue recordar los mediodías domingueros pegados a la Noblex Carina escuchando las carreras…

El “Pincho” Oscar Castellano es probablemente el mayor ídolo deportivo que tiene Lobería, y se mostró feliz de haber vuelto a subirse al Ford con el que fue campeón de la máxima categoría de nuestro país. “Pasamos un momento muy lindo, compartido con Emilio Satriano y Jhonny De Benedictis” contó, a la vez que agregó: “Los autos que están en el museo de La Plata son de Mazzacane y están todos en posibilidad de andar, que es lo importante. La idea de ponerle un poco de dinámica a ese museo y pegarse una vueltita los pilotos que en su momento tuvimos la suerte de poderlos tener y manejarlos, está buenísima, y pasamos un domingo muy bueno, con un montón de amigos”.

El tricampeón de TC explicó que “en principio, pensé que manejarían Juan Bautista el auto de Jhonny, Porco el de Satriano y Jonatan el mío. Pero después vimos que iban a manejar Emilio, que está bastante complicado de salud, y Jhonny, entonces vi que debía manejar yo también. Vamos todos los PAMI juntos pensé jaja. Igual nunca se entiende esto como para ir a correr. Primero porque hay que cuidar el auto, porque son autos únicos, que están en el museo y no son como para ir a maltratarlos ni golpearlos; y después que simplemente se trataba de girar una vuelta y revivir un poco los momentos, jugar un poquito al corredor”.

Risueñamente, “Pincho” dijo que “ni me acordaba dónde estaba el buzo y mi mujer me dijo que debía estar en tal caja en tal lugar y fuimos a buscarlo y ahí estaba, el último buzo que usé, y como yo ni he engordado ni he enflaquecido un sólo kilo, me entró perfecto; y el casco siempre lo tengo, conservo todo el equipo”.

Consultado acerca de cómo encontró el auto que tantas alegrías upo darle, indicó que “está tal cual se lo entregué a Acuña cuando yo dejé de correr. Después de eso el auto fue modificado en distintas cosas y Pablo Romera, en Tandil, trabajó un largo tiempo y lo recuperó tal cual lo tenía yo en su momento. Así que fue como volver atrás en el tiempo y estar sentado listo para largar una carrera. Fue como que el tiempo no había pasado”.

Si bien para todos los fanáticos del TC fue emocionante volver a verlo manejando un auto de carreras, para Castellano también tuvo mucho de especial, puesto que vivió el momento con su hijo. “Estuvo bueno compartir esta experiencia con Jonatan, porque yo nunca lo había llevado a él, porque cuando yo dejé de correr él era muy chico. Hace un año y pico él sí me llevó a mí a dar una vuelta, pero no se había dado la posibilidad de que yo lo pudiera llevar, así que fue lindo y emotivo”.

Oscar fue el ganador del duelo, aunque él prefirió sacarle importancia al triunfo. “No tiene nada que ver quien gane en esta exhibición, porque es simplemente una vuelta. No pasaba por ver quien ganaba. La idea era jugar un poquito pasándonos, pero Jhonny entró un poco pasado en la segunda curva, hizo un trompo y me quedé un poco sólo y cuando llegué pensé que era una macana, que no habíamos dado nada de espectáculo ni emociones en la faceta deportiva, entonces se me ocurrió hacer algunos trompos, dando vueltas con el auto sobre la pista, quemando un poco de gomas, como para darle un poco más de emoción a la cosa, y salió bien”.

Aunque dejó de correr a fines de 1992 y ya han pasado dos décadas y media, Castellano está muy actualizado, puesto que nunca abandonó su faceta de preparador. Esto lo convierte sin dudas en una voz autorizada para hacer una comparación de épocas. “Los autos de aquel momento con los de ahora no se pueden ni comparar. Ahora son autos nacidos para correr, nosotros usábamos los autos de la calle que los mejorábamos para correr.  Los motores también son totalmente distintos, ahora tienen mucha más potencia. Todo tiene su momento, su tiempo y su época. Lo que sí estoy notando es que el automovilismo va modificándose en lo que hace a las dificultades, a los costos para llegar a niveles técnicos. El automovilismo es un deporte en el que dependes mucho del auto, no es como por ejemplo en el tenis o el fútbol, donde le pones físico y podes manejarte bien. Acá, como piloto de carreras, necesitas una buena herramienta que es el auto y a veces no la podes lograr por cuestiones técnicas, económicas o reglamentarias. EL TC, en los últimos tiempos, se ha empezado a poner cada vez más complejo. En mi época eso no se daba, era más fácil si se puede decir de alguna manera, en lo económico y en lo técnico, en lo conductivo no, porque siempre hay que manejarlos a los autos más allá de las variantes técnicas”.

Jonatan emocionado

El que no podía disimular la felicidad que la había producido vivir esta experiencia con su padre, era Jonatan. “Para mí fue un momento único que no creí que lo iba a vivir, al punto que al mirar a la izquierda y ver al viejo manejar, me emocioné. Yo lo disfruté muchísimo”.

Al preguntársele sobre los recuerdos que tenía de su padre piloto, expresó que “lo que más se me viene a la mente de cuando corría el Pincho es su retiro. Todavía me acuerdo como si fuera ayer cuando la gente gritaba “El Pincho no se va, el Pincho no se va”. Por lo que volver a verlo al viejo atrás del volante, con el caso y la mirada fija para adelante, no tiene precio”.

Por último, “Pinchito” indicó que “yo tengo todos los consejos de él grabados en mi memoria, los sigo utilizando, y el otro día veía la manera en que aceleraba, cómo frenaba y es tal cual como me enseñó”.