“El semanario está afianzado en todas las localidades”

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Carlos Valerio Cherenscio es uno de los integrantes más antiguos del periódico. Trabaja desde los inicios y formó parte como socio.

A fines de 2001, en plena crisis política y económica del país, nacía el periódico El Sendero en Lobería.  “Fui convocado por Roli Aloisi, quien me contó la idea de hacer un semanario en Lobería, junto a Mariela Dilge y Marita Peñalva. Cada uno tenía su tarea en el proyecto. En mi caso yo debía hacer el trabajo periodístico, Marita la diagramación, Mariela la venta publicitaria y Roli la impresión, aunque todos terminamos haciendo un poco de todo. A principios de abril de 2002 salió la primera edición y el costo era de dos pesos” contó Valerio.

En los comienzos el periódico salía los días sábados, el trabajo era intenso, manual y colectivo. Había muchas expectativas por la primera edición porque tenía un informe sobre las estadísticas de los delitos en Lobería. Valerio recuerda que “como foto ilustrativa de la nota pusimos una imagen de mis manos esposadas. El trabajo de impresión no fue fácil. Para hacerlo había que preparar unos papeles vegetales y para ello se necesitaba una impresora láser que no teníamos, así que Roli viajaba a Necochea, imprimía los vegetales y los traía. Yo aprendí a pasar los vegetales a unas chapas y luego Roli se encargaba de imprimir el diario. Una vez que estaban todas las páginas impresas, doblábamos y armábamos uno a uno cada periódico. El plan de distribución era que a las cuatro de la mañana estuvieran los diarios listos para salir a la calle, pero finalmente se complicó todo y recién logramos tener listos los diarios a media mañana. Estuvimos dos noches sin dormir y la historia se repitió durante mucho tiempo, hasta que el diario pasó a imprimirse en una imprenta de Necochea”.

A poco de andar, la sociedad quedó integrada sólo por Aloisi y Cherenscio y un tiempo después, Valerio vendió su parte, aunque siguió trabajando en el medio. “Yo quedé a cargo sólo de las páginas deportivas y de vez en cuando escribía algunas notas sobre eventos artísticos o de interés general, pero las notas de actualidad y política estaban a cargo de Roli”.

La regionalización del semanario

Sendero creció y con el tiempo se convirtió en un periódico regional, entonces pasó a llamarse Sendero Regional y comenzó una nueva etapa con nuevos integrantes que llegaron para colaborar con el semanario. “A principios de 2014, me convocaron a una reunión Roli y Carlos Laboranti y me contaron la idea de regionalizar el diario, además de hacerlo netamente informativo e independiente. La propuesta me pareció muy interesante. Yo me debía encargar de la parte periodística de Lobería y de recopilar el material que mandaran las corresponsales de las distintas localidades y luego hacer el armado del diario. En el comienzo fue complicado porque el trabajo demandaba mucho tiempo. Los desafíos fueron diferentes según cada localidad. En Lobería, había que lograr que el periódico saliera con continuidad y los días que se anunciaba, algo que se había perdido en los años anteriores. En la zona, el objetivo era tratar de instalar un diario en la región y para ello fue fundamental el trabajo de las corresponsales, que fue excelente. Hoy estamos afianzados en todas las localidades. Particularmente, estoy muy agradecido por el apoyo que he recibido de Roli y Carlos, siempre confiaron en mí y me han dado una gran libertad para trabajar y expresarme, además de generarme una importante fuente de trabajo” señaló Valerio.

Haber logrado permanecer durante 15 años no es algo menor y sin dudas la vigencia del mismo es por la pasión que le han puesto todos los que colaboraron y que colaboran desde hace años.

Balance positivo

Valerio cree que el balance es ampliamente positivo y se siente orgulloso de haber formado parte de él desde su fundación. “El semanario se mantuvo  en gran parte por las ganas que había de llevarlo a cabo y darle continuidad, ya que lo que ganábamos, hablando desde lo económico, era casi simbólico. Vale destacar el interés que la gente ha demostrado en comprarlo y leerlo, porque si no hubiera sido por los lectores, nada de esto tendría sentido”.