Sin medio ambiente no hay futuro

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El medio ambiente es un bien social que nos pertenece a todos y por lo tanto debemos cuidarlo. Sabemos que sinónimo de país desarrollado es trabajar en pos de ese objetivo. El recalentamiento global es una realidad, el cambio climático se va acentuando en nuestra rutina diaria, afectando a nuestro ambiente natural.

En la región cada localidad tiene un espacio verde o de agua dulce o salada para disfrutar. El pasado fin de semana la asociación “Surfrider de Necochea” desarrolló un evento de concientización acerca de la problemática de los residuos acuáticos mediante la limpieza de playas, lagos, ríos y fondos marinos. Estas son algunas de las acciones que realizan las personas que están trabajando en pos del cuidado de nuestro medio ambiente. Sin embargo me pregunto ¿qué hacemos desde nuestro pequeño espacio social? ¿cómo nos vinculamos con la naturaleza? ¿Protegemos nuestro aire? ¿concientizamos a los pequeños y jóvenes sobre la importancia del cuidado del ambiente?

El  respeto a la naturaleza y al entorno es, ante todo, una cuestión de sentido común puesto que nuestro entorno influye y repercute directamente sobre nuestra salud y nuestro propio bienestar. Atacar el entorno y atacar a la naturaleza es, a la larga, atacarnos a nosotros mismos. Si no sabemos utilizar de manera lógica y equilibrada los recursos que la naturaleza nos ofrece estamos rompiendo una cadena de equilibrio y armonía, que se volverá en contra nuestra. La problemática está centrada en saber si podemos crear una base de sustentación para defender nuestro territorio de algunas prácticas ambientales que no son buenas y pensar en diseñar un modelo que nos permita un proceso definitivo y de largo aliento que genere el respeto hacia el medio ambiente.

El verdadero compromiso social con el medio ambiente, es la parte más sustantiva del proceso social, no se puede hablar de justicia social si no va acompañada de justicia ambiental. No sacamos nada con crear leyes eficientes y protocolos de trabajo, si no tomamos un compromiso serio y responsables como sociedad con conciencia y ética del hacer, que a pesar de las necesidades y de lo imperioso de la búsqueda del desarrollo, debemos proteger y no destruir. Por mucho que tengamos fiscalizadores, multas millonarias y las penas del infierno para las empresas y las personas que toman malas decisiones ambientales, de nada valen si no tomamos conciencia como sociedad de la importancia y del respeto que debemos tener por el medio ambiente.

Todavía queda mucho por hacer. Desde nuestro pequeño lugar podemos ayudar a combatir la contaminación con acciones concretas en el entorno familiar, en los espacios de trabajo y de ocio.

Carlos Laboranti. Director Ejecutivo.